Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi (a excepción de los
inventados por mí) y hago esto sin fin de lucro.
Estar Sin Ti
Fanfic por Andrea - chan
El tiempo pasa tan rápido, es verdad...y aún así me
parece eterna esta espera...estar sin ti....
Aún
espero a tu regreso, pero puedo decirte con dicha que ya no estaré tan sola...tu
recuerdo y un ser muy pequeñito me harán compañía en esta espera que ha sido
tan larga para mí...sin ti. Han pasado meses enteros desde que te fuiste en
busca de una mejor oportunidad para nosotros...a mí todo este tiempo me ha
parecido tan largo, como años que no terminan...realmente espero que todo salga
bien y afortunadamente así parece ser...me lo decías siempre por teléfono...todo
mejoraba hasta que el dinero comenzó a hacerte falta...es por eso que la
comunicación entre nosotros comenzó a disminuir...y desgraciadamente llegamos
al límite en que nos tuvimos que dejar de hablar y mandar cartas...todo eso
representaba un gasto extra para ti y si queríamos tu regreso lo más rápido
posible...tendrías que continuar ahorrando el dinero para tu boleto de
avión...nosotros por acá, en Nerima...comenzamos con nuevos gastos y por lo
mismo...también tenemos que ahorrar. Las cosas se han puesto difíciles, eso lo
sé; pero también estoy segura que regresarás con lo que tanto deseabas para no
volver a separarnos nunca, la esperanza no la pierdo...eso jamás.
A veces hay que hacer ciertos sacrificios
para lograr nuestros objetivos y nuestra separación fue necesaria para que tú
te pudieras realizar de manera profesional; mientras tú seas feliz, yo lo seré
y estoy convencida que todo esto no sólo te trae beneficios a ti, sino a mí
también...a la familia en general. Te amo y tú a mi, eso es lo que me
tranquiliza y me deja un sentimiento de seguridad, esperando aquí por ti.
Siento tanta felicidad al ver amanecer todos
los días, por una parte porque sé que es una mañana menos sin ti mientras que
por otro, sé que es un día más para que nuestro bebé, que está por nacer, crezca
y sea cada vez más fuerte, como su papá.
Las etapas de mi
embarazo han sido maravillosas...todas y cada una de ellas...empezando por el
día en que me enteré que esperaba un hijo tuyo, lo que habíamos platicado
tantas veces y cuando se confirmó aquella sorpresa por unos análisis que me
hicieron...sentí la dicha más grande que jamás pude imaginar; finalmente,
tendríamos nuestro primer bebé. La alegría pronto llenó esta casa y aquellos
recuerdos de nuestros planes regresaban a mí tan repentinamente y todos al mismo
tiempo; yo quería arreglar la habitación del bebé como lo habíamos platicado,
comprarle ropita y juguetes, hacer los arreglos a la casa para que fuera más
segura, dar la noticia a todos...en fin.
Los primeros dos meses
fueron un poco difíciles tanto para mí como para el bebé pues al no estar a tu
lado en un momento así, me puse realmente triste y el dolor me iba ganando la
batalla hasta que el Dr. Tofu me dijo que no sólo era yo la que sufría las
consecuencias sino también nuestro pequeñito...entonces recapacité y todo
mejoró para finales del segundo mes. Aproximadamente durante el tercer mes, el
cuarto y hasta un poco del quinto, practiqué mucho ejercicio y tenía
actividades que ayudaban al buen crecimiento de nuestro pequeñito, pero después
me los fueron quitando poco a poco por indicaciones médicas, supuestamente
porque ya había hecho demasiado y era ‘justo descansar’. Fue maravilloso
durante ese tiempo notar el crecimiento de mi vientre y reconocer a mi hijo en
cada ultrasonido que me hacían, ver como crecía y se iba formando ha sido una
de las partes que más he disfrutado; es maravillosa la forma en que todo avanza
para bien. En la segunda parte del quinto mes los ejercicios fueron
disminuyendo y las actividades en casa también, me han tenido tan consentida
que a veces me siento apenada pero nadie hace caso de eso y por el contrario,
me consienten más. Así pasó la segunda mitad del quinto mes y el sexto...ahora
tengo poco más de siete meses y el tiempo sigue avanzando.
Lo que no he
podido dejar de hacer, son mis caminatas por el parque que está cerca de la
casa, me encanta venir sola a pensar en ti...y aún así, ya no me lo permiten
tanto y me acompañan, últimamente ha sido Ryoga quien más me ha dedicado tiempo
en estas cosas. Estoy segura que algún día iremos tú, el bebé y yo al parque,
solos como la familia que formamos.
Ahora me encuentro en la casa de mi padre,
insistió en que me quedara aquí con él hasta que pasara mi embarazo y por lo
menos unos meses cuando el bebé ya haya nacido, los niños de mis hermanas
crecen cada día más y estamos seguros que recibirán con mucho cariño a su primito,
tu hijo. Hace un par de horas amaneció y estoy sentada en la que fue mi cama
por años, extrañé este lugar y ahora estoy de regreso, suspiro profundamente y
llevo una mano a mi vientre, comienzo a cantarle a nuestro hijo...observo el
árbol de sakura que florece poco a poco frente a la casa, el mismo que me trae
recuerdos hermosos de nosotros dos.
Mi bebé crece
dentro de mi y no falta mucho para su nacimiento, me encantaría que estuvieras
aquí conmigo ese día pero sé que es muy difícil que pase, sobretodo, porque
ignoras la existencia de tu hijo...si bien intenté comunicártelo, todos mis
intentos fueron fallidos y no tengo más remedio que esperar a que regreses.
Todavía puedo recordar con un
poco de melancolía aquel día en que me diste la noticia que te irías, que tus
planes eran definitivos pero también me prometiste que harías todo lo posible
por regresar lo más rápido que pudieras.
Nos encontrábamos
sobre el tejado como siempre hacíamos después de comer, tú me abrazabas y yo
estaba acostada sobre tu pecho, platicábamos de cosas triviales hasta que de
pronto te pusiste serio y me comentaste sobre tus planes de irte por un tiempo,
recordamos la ocasión en que me lo habías planteado y me abrazaste con más
fuerza; fue entonces cuando me confirmaste que te irías. Todo se trataba de ir
a hacer unas negociaciones con unas personas muy importantes que intentaban
difundir las artes marciales y supiste que era tu oportunidad para hacer más
próspero nuestro Dojo. A pesar de lo que nuestros padres dijeron, tú compraste
una casa no muy lejos del Dojo Tendo para nosotros dos. Entonces te fuiste y un
par de semanas después, me enteré que estaba embarazada, para ese tiempo, yo ya
vivía en nuestra propia casa. Argumentaste que nuestros padres se podrían
quedar en la casa y el Dojo mientras nosotros nos establecíamos y
compartiríamos tiempo solos, que después regresaríamos con ellos y heredaríamos
como se debía, para entonces nuestra casa quedaría como una opción para pasar
vacaciones en familia y cambiar un poco de ambiente.
Pero ahora estoy
aquí de nuevo, ante la insistencia de mi padre, sobretodo porque mis hermanas
ya no viven aquí pues se han mudado con sus respectivas parejas e hijos,
dejándonos aquí a tu padre, tu madre que ha sido mi mejor consejera en todo
este tiempo, mi padre y sólo las visitas de amigos y familiares. A veces se
quedan mis hermanas, nuestros sobrinos y cuñados por algunos días; todos dicen
estar muy felices por la llegada de nuestro bebé y se aseguran de levantarme el
ánimo cuando te recuerdo...cuando te extraño...y eso ocurre bastante a menudo.
No sólo ha sido
nuestra familia la que ha estado acompañándome sino también nuestros amigos,
algunos apenas formando parejas, otros ya con niños también, pero sobretodo han
aceptado que nuestro destino siempre estuvo marcado por nuestro amor y ahora me
apoyan con este embarazo; no tienes idea de lo emocionados que están todos ante
el nacimiento de tu hijo. Ryoga por ejemplo, me ha apoyado como no tienes idea,
pues desde que se enteró de mi embarazo, estuvo ahí para mí y ahora para
nuestro bebé y aunque yo le he dicho que no es necesario tanto, él insiste en
estar a mi lado, alegrándose como amigo que es por los avances que hay, el
crecimiento del bebé y el futuro que planeamos para que sea realmente feliz. No
te preocupes mi cielo, todo esto lo hace desinteresadamente pues a pesar de que
ya estoy enterada que por mucho tiempo estuvo enamorado de mí, ahora hace
pareja con Ukyo y ella también me acompaña mucho en este hermoso momento de mi
vida.
Sólo nos haces
falta tú, nuestra felicidad es inmensa, eso no lo puedo negar pero también te
aseguro que nos haces tanta falta para llenar ese espacio vacío que siento al
no tenerte a mi lado en estos instantes.
<><><> ~
<><><>
El tiempo sigue pasando...aún no
regresas y anhelo con todo mi corazón verte de nuevo, me haces tanta falta y es
que ahora está aquí nuestro pequeño Kai, así se llama nuestro bebé, Kai
Saotome.
Ahora tiene apenas
un año y tres meses pero es un torbellino muy querido entre nuestros familiares
y amigos. Es un bebé muy atento a todo lo que pasa a su alrededor y cada día es
tan especial que no he permitido que pasen sin dejar un recuerdo. He decidido
tomar fotografías de nuestro pequeño día a día y ya son bastantes pero no me
arrepiento, conforme ha crecido, he tomado más y más fotos en todos los lugares
a los que lo hemos llevado y todo lo que hemos festejado con él presente. No
tienes idea de la alegría inmensa que nos trajo a todos desde el día en que
nació, ya comienza a jugar más con sus primos que no le llevan mucho en edad. Papá
dice que es el nieto que más se parece a él pero creo que nadie está de acuerdo
en eso pues a pesar de que tiene un enorme parecido a mí, dicen que es tu vivo
retrato. Anhelo con verdadera ansia el día en que regreses y podamos formar la
familia que somos, Kai, tú y yo. Me duele que hayas perdido algunos de los
momentos más importantes de nuestro bebé pero no es tarde, te necesitamos tanto
y queremos que regreses cuanto antes.
Hoy tomaremos un paseo tío Ryoga, Kai y yo.
Iremos al parque donde Kai adora ir y comeremos ahí cualquier cosa como los
helados que tanto disfrutamos. Me levanto de la cama y descubro que Kai ya no
está en su cuna, seguramente despertó y alguien lo bajó. Me dirijo a tomar
rápido un baño y después me arreglo, bajo y descubro que mis hermanas llegaron
con sus hijos; Kai corre de aquí para allá y todos lo cuidan pues es el más
pequeñito de la familia y por lo tanto, en cierto modo, el más consentido.
Busco a Ryoga con
la mirada y lo saludo, se acerca a mí y me abraza como siempre lo hace, me dice
que está listo y que Kasumi, al enterarse de nuestro paseo, aseó y alistó a
Kai, podremos salir cuanto antes. De pronto veo a mi hijo con la ropa de Nabiki
entre sus manitas pues se encargó de abrir su maleta y sacarla, río un poco y
él se me queda viendo, como reconociéndome; de pronto ríe a su manera y lo
acompaño, intenta correr pero lo alcanzo antes y le quito la ropa de mi
hermana. No tienes idea de todas las travesuras que se le ocurren pero procuro
no regañarlo, sino mejor explicarle las razones por las que debe o no hacer las
cosas y a pesar de que es muy pequeño, créeme que es muy inteligente y lo
entiende. Claro que eso no le quita lo travieso, ya te he mencionado que es un
torbellino.
Después de haber llegado al parque, Kai
corrió por el pasto, se tropezó un par de veces pero siempre rió y se levantó
solo como pudo, pero no lloró. Ryoga y yo nos sentamos bajo la sombra de un
árbol pero vemos que mi hijo no tiene intención alguna de hacer lo mismo por lo
que al poco tiempo, nos tenemos que poner de pie. Entonces él me detuvo y me
dijo que lo llevaría a los juegos que estaban a mi vista, justo frente a mí. Me
senté de nuevo y comencé a disfrutar de aquella linda escena y no pude evitar
que mi corazón se estremeciera al pensar que ese era tu lugar al ser Kai tu
hijo; no estoy diciendo que Ryoga no pudiera o no lo hiciera bien pero...siento
que eres tú quien debe estar con nosotros en este momento...con todo eso, le
agradezco de corazón a Ryoga todo lo que ha hecho por nosotros.
Tiempo después me pongo de pie y tomo la
cámara con la que pretendo tomarle fotos a Kai y a Ryoga quienes están en un
columpio; Ryoga sentó a Kai en sus piernas y se mece suavemente; nuestro bebé
ríe y se divierte mucho con su tío. Les tomo un par de fotos y así, un par de
recuerdos más quedan grabados para ti. Una hora más tarde regresamos para tomar
el desayuno pero no pude evitar que Ryoga le comprara un helado a Kai para el
camino. Cargo a mi hijo en brazos y reímos al recordar las ocurrencias del
pequeño torbellino.
Cuando entramos a la casa, pude
notar cierta tensión entre mis hermanas y nuestros padres, los niños jugaban en
el jardín y pronto Kai quiso soltarse de entre mis brazos para correr con sus
primos para jugar. Lo dejé en el suelo y Ryoga se quedó tenso a mi lado, mi
hijo corrió como pudo hacia el jardín y ahí tía Nabiki lo llevó con sus primos,
cuando levanté la vista, estabas ahí, frente a mi, con tu típica trenza que
nunca te quitabas, con tu atractivo de siempre pero ahora más acentuado y con
tu mirada profunda, cristalina y...seria, por no llamarla furiosa; sentí miedo
y no supe explicarme porqué.
Vi como Ryoga se acercó a ti e hizo un
intento de saludarte pero lo ignoraste, pasaste de él y te encaminaste seguro
hacia mí. Me miraste serio, muy serio y me pediste que habláramos a solas. Te
dije que sí y le entregué la cámara a Ryoga quien se dirigió a la cocina. Tú y
yo salimos hacia el Dojo y cuando estuvimos a punto de entrar Kai corrió hacia
nosotros, tú lo miraste con coraje y supe que no sería la oportunidad para
tenerlo ahí, le pedí a Kasumi que se lo llevara junto con sus primos y nos
dejaron solos en el Dojo.
El silencio nos
invadió pero pronto lo rompiste con la pregunta que yo ya veía venir.
-¡¿Por qué
Akane?!- Fue casi un grito, estabas exigiéndome una explicación que yo no te
podía dar.
-Ranma...¿pero qué
tienes?- Me miraste con furia y sentí cómo la sangre se me helaba; esa mirada
tuya cargada de resentimiento me estaba lastimando de un modo que no te podrías
imaginar.
-¡¿Qué me pasa?!,
¡¿Qué tengo?!- Caminaste un poco lejos de mí y pronto regresaste a zancadas,
quedamos a sólo centímetros de distancia cuando me lo dejaste venir sin
vacilación.
-¡¡Si tú bien
sabías que yo regresaría!!, ¡¿Por qué lo hiciste?!, ¡¿Por qué no me
esperaste?!- Tu reproche me estremeció el corazón, entonces me di cuenta que no
habías cambiado en nada y que la supuesta confianza que decías tener en mí no
era verdadera. Pronto sentí que la misma fuerza que me había mantenido esperando
por ti comenzaba a flaquear, ¿por qué eres así conmigo?
-¿Esperarte a
qué?...¿Qué acaso no podía dar luz a tu hijo hasta que tú regresaras?- Mi voz,
aunque lo quise evitar, fue totalmente dolida, mostraba mi abatimiento y yo no
quería eso. Entonces pude notar que te calmabas un poco y tu mirada cambió por
completo...¿preocupación?, eso ya no me importaba, me sentí molesta pero
sobretodo, decepcionada.
-¿Mi...mi hijo?-
Asentí lentamente y sentí que las lágrimas pronto acudían a mis ojos y no pude
evitar que me vieras así. Entonces te acercaste e intentaste abrazarme pero no
me dejé, me alejé bruscamente de ti y te miré con reproche...yo sí tenía razón
para hacerlo.
-Así es Ranma, tu
hijo...veo que tu supuesta confianza en mí no es verdadera...¡¿Cómo pudiste
creer que te engañaría si yo te amo?!- Ahora fui yo quien gritó, tú me miraste
con esos atrayentes ojos azul grisáceos y me dijiste suavemente.
-Yo...lo siento
Akane...me dejé llevar por mis celos...Soy un estúpido y lo acepto.- Te
hincaste y yo comencé a llorar pero pronto me dominé y me tranquilicé como
pude, te pedí que te pusieras de pie y lo hiciste; mantuviste la vista baja y
entonces llamé a Kasumi quien traía a Kai en brazos y me lo entregó. Entonces volteaste
lentamente al no escuchar respuesta por mi parte y para poder observar mejor a
Kai. Mi bebé lloraba porque lo habían alejado de su mamá pero ahora yo lo
abrazaba y trataba de tranquilizarlo; comencé a hablarle como siempre hacía.
Pronto dejó de
llorar e intentaba calmar sus sollozos; tú sólo nos observabas, sonreíste y te
mostré al bebé, sonreí también un poco pero Kai se aferró a mi cuello y comenzó
a llorar otra vez. Entonces me agaché y lo dejé en el suelo, estaba ahí parado,
tan pequeño, llorando; se me quedó viendo y le hablé con la voz más suave y
tranquilizadora que pude.
-Mi
amor...pequeñito...mira esta foto Kai... ¿Quién es?- Rápidamente saqué una
fotografía del bolsillo trasero de mi pantalón; se la enseñé a Kai y entre
lágrimas la vio un poco, me volteó a ver y aún llorando me dijo.
-¿Papá?- Su tierna
voz fue como un golpe para ti, te sorprendiste demasiado para mi gusto,
sonreíste ampliamente al descubrir que éramos tú y yo los de la foto. Asentí y
sonreí, lo cargué de nuevo y le dije nuevamente.
-Así es mi amor,
él es tu papá.- Kai lloraba y aún así, te lo entregué. Tú tenías lágrimas en
los ojos y pude notar que observabas con ansia a nuestro bebé, grababas cada
detalle de su carita y me di cuenta que notaste sus ojitos, iguales a los
tuyos. Lo abrazaste contra ti y derramaste un par de lágrimas. Qué escena, mis
dos grandes amores, llorando; cuánto los amo.
En pocos días tu ya habías visto
todas las fotografías de Kai y no dejabas
de lamentarte por haber estado ausente tanto tiempo, nuestro hijo se iba
acostumbrando a ti poco a poco y ya comenzaba a reconocerte; no sería sencillo
que él se acoplara a su nueva vida contigo pero los dos luchábamos por
ayudarlo.
En ese tiempo
recordamos los buenos momentos y yo te platicaba con lujo de detalle todo lo
ocurrido mientras tú habías estado en esas negociaciones para el bienestar de
nuestro futuro, afortunadamente habían resultado exitosas. Nunca pude olvidar
cuánto te amaba y me demostraste lo mismo, nos unimos más que nunca y ahora Kai
crecía con sus padres, como debía ser desde un principio. Supiste cómo ganar mi
confianza de nuevo después de aquel incidente a tu llegada y me juraste que
nunca volvería a ocurrir algo semejante.
El dolor y la soledad que sentí
en muchas ocasiones fue difícil, no lo niego, pero ahora estamos los tres
juntos, comenzando una nueva vida y ahora sí, no me preocuparé por estar sin
ti. Ya has regresado para no irte nunca más.
FIN
Notas: ¡¡Hola!!, ¿Qué tal?, ¿Cómo están?, espero que
muy bien.
Espero les haya gustado este pequeño oneshot.
Comentarios a andrea_cutegirl_9@hotmail.com ó
akanetendo400@hotmail.com
Mata ne!!
~ Andrea – chan ^_^ ~
No hay comentarios:
Publicar un comentario