DE
LUZ Y DE SOMBRA.
El ruidoso sonido de la banda de rock que amenizaba la
fiesta, empañaba cualquier otro que fuese humanamente posible, dentro del salón
de baile el alboroto era total, el humo, los láser y el ulular de sirenas
adheridas a las paredes daban a aquel lugar un aire modernista sacado de los
sueños del mas loco pintor del siglo XX y mientras adentro entre luces y baile
miles de cuerpos consumían su alma al fuego de la banda afuera dos viejos
enemigos se veían las caras, eran simples mortales dos chicos que si bien solo
contaban con 17 años, eran ya los mas viejos enemigos y aunque a veces habían
trabajado juntos había algo que los separaba, algo que no cuajaba y ese algo,
era ella, esa chica que había venido a deshacer la poca cordura que quedaba en
su vida, esa chica de pelo azul y ojos de ensueño, que entre risas inocentes,
peleas encarnizadas y comidas infames, poco a poco les había venido llenando de
momentos el corazón, uno sabia que ya la tenia, era suya desde hacia tanto que
había perdido la cuenta de los segundos a su lado, de cuantas miradas y cuantas
palabras le había dedicado, el otro era por el contrario una fiera herida, de
banda en la cabeza y sombrilla raída, estaba perdido y no podía salir, ella le
había envenenado con su figura y ahora no podía sacarse ese veneno que poco a
poco le consumía la vida, le quemaba la mente y le mataba el corazón, seguía
viéndola en sus sueños una y otra vez, se preguntaba “¿Por qué el y no yo?, si
yo la quiero y el…”, no, no tenia explicación, además poco o nada importaban en
ese momento los porque, las respuestas no servirían para arreglar su desecho
corazón, el solo pensaba una cosa, “venganza”, esa palabra era la única que una
y otra vez navegaba en su confundida mente, al fin el otro, su mortal enemigo
abrió la boca, “ ¿Y bien me vas a tener aquí todo la noche o algún día me
atacaras Ryoga?”, no dijo nada adopto posee de guardia y el duelo empezó, se
lanzo sobre el con toda su furia, con todo el odio que de su alma podía salir,
lo golpeo, una y otra vez, sin descanso, sin sosiego, el otro, Ranma, no metía
las manos, no siquiera mencionaba palabra alguna, no profería quejidos, ni
lanzaba golpes, poco a poco los golpes de Ryoga hicieron retroceder a Ranma,
pronto lo tuvo contra un árbol y ahí sobre su pecho descargo una patada directo
al corazón, pero cuando estaba a unos centímetros, paro, simplemente paro y se
dejo caer, mientras sus lagrimas salían a raudales, salían poco a poco
limpiando su sistema de aquel veneno, de aquel embrujo, entonces Ranma se puso de pie poco a poco, en su cara y cuerpo
se notaban los estigmas de la batalla, aun así como estaba, muy lento, se
acerco paso a paso a Ryoga y se paro frente a el, “¿Qué te pasa?”, Ryoga
levanto su cabeza y contesto “¿acaso no lo sabes?”, en ese instante Ranma la
vio venir, su cara dibujaba el espanto, “Ranma, Ryoga ¿Qué paso aquí?” , Ranma
hablo de nuevo “Nada solo un simple entrenamiento”, el chico perdido se recargo
en el árbol, Akane lo vio y entonces al ver su cuerpo sin daño, supo dentro de
si lo que había pasado y estallo en furia, “¡¡¡RYOGA IDIOTA!!! ¡¡¡NIÑO
MIEDOSO!!!, no eres mas que un llorón, que no tiene el valor de enfrentar la
verdad”, Ranma intento detenerla, “Akane, espera” ella lo aparto de su lado “No
déjame terminar, escúchame bien Ryoga Hibiki, si tu te precias de ser un
guerrero, de ser verdaderamente un hombre, no te hagas esto, no seas tan
infantil, como para llorar por lo que no tienes, ¿o acaso es todo lo que sabes
hacer?, dejar que tus amigos den la cara por ti, ante tu sufrimiento, mira bien
a Ranma, míralo Ryoga el no es tu enemigo, el dejo que tu te desahogaras aun a
costa de su propia seguridad, te lo repito el no es tu enemigo, tu si, tu eres
tu peor enemigo, teniéndote lastima, solo lograras estar eternamente perdido ”,
Ryoga reacciono entonces, Akane no podía estar herrada, tal vez era hora, tal
vez debía iniciar su vida, ahí ahora,
ahí donde moría el viejo Ryoga, nacía uno nuevo que de ahora en adelante no se
dejaría caer, que viviría cada segundo, aceptando su destino, ya hallaría el la
chica correcta, por hoy Ranma Saotome, su amigo, su verdadero amigo le había
ganado, se termino de incorporar y sonriendo se limpio las lagrimas que corrían
por su rostro, llevo a Ranma y Akane a su casa y después de despedirse de
ambos, salio caminando, con pausada lentitud por las calles de Nerima y
mientras en la fiesta las almas seguían entre los reflectores y la música,
afuera entre las viejas calles de esa ciudad un chico con mochila al hombro y
una vieja sombrilla, reía por fin contento como un fénix renacido, como alguien
nuevo, en esta vida, en esta vida de luz, de luz y de sombra.
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