Dime que no es cierto.
Por: Heiwa-Chan
Se encontraba realmente desolada, ahí sola,
sin él, sin su apoyo; ni un insulto más, ni una sonrisa llena de remordimientos
al disculparse; él siempre había estado para salvar su vida, en el momento en
el cual estaba por sufrir algún daño, él, ese chico aparecía de la nada para
protegerla, siempre, pero ahora no, ahora que estaba sufriendo mas que en
cualquier otra ocasión, él no estaba, bueno, realmente si estaba, pero era por
su causa que la chica de ojos cafés, no dejaba de derramar lágrimas. Se sentía
la más desdichada de todas las chicas del mundo. A pesar de que toda la gente a
su alrededor eran indiferentes a su sentir, a ella no le importaba, ¿cómo hacerlo sí su mente
estaba centrada en él?, ni siquiera veía a la chica de blanco que se aferraba
al brazo del muchacho, pasaba a ser como un fantasma, ya que estaba, pero era
invisible para ella. Podía sentir como se asfixiaba, como su corazón se hacía
trizas en el momento en el que él decía “acepto”-¿por qué?-se decía a sí misma,
sintió una desesperación, una impotencia, sí acaso algo se hubiera podido
hacer, ahora ya no, todo por su orgullo, ese orgullo que aun la hacía callar,
que aun hacía que se tragara sus sentimientos. De pronto todo se hizo mas
claro, pudo ver a la gente y sobre todo pudo verla a ella, la chica que se
encontraba al lado de quien había amado en silencio, su cabello café era ahora,
un lindo peinado alto, con chinos que caían con gracia, su leve maquillaje era
el indicado, ya que la hacía ver tan natural, como siempre fue, su vestido
blanco tradicional estaba adornado con pequeñas flores de cerezo de hilo de
plata al final de sus largas mangas, ella era hermosa-Ukio-dijo
la chica de cabello azulado con un dejo de tristeza, no podía mas, tal ves lo
había perdido por callar, pero no callaría mas, ¿podría con esto cambiar algo?,
sabía que eso era imposible, pero aun así, no vacilo ni un momento más
-Ranma…-gritó la chica haciendo eco en el salón, para
después captar la atención de todos los presentes, el chico de la trenza se
estremeció, para después agachar la cabeza, aun sin voltear hacía la chica-Ranma…-dijo de nuevo sollozando y con la voz realmente
entrecortada, el chico movió la cabeza levemente, como pensando si lo que iba a
hacer era lo correcto y después de unos instantes se decidió a dar la vuelta
para encarar a la chica, ella pudo ver sus ojos azules, esos ojos que eran como
un hechizo repentino para su corazón, se estremeció y dudo en seguir, pero
después de un ligero suspiro se decidió-yo… Ranma, yo
vine a decirte… que lo siento…-dijo la chica, quien comenzó a acercase sin
darse cuenta-yo siento… haberte dicho todas esas cosas horribles-al decir esto
se percato de que ya había caminado lo suficiente y ahora estaba frente a él-lo
siento por que… no era lo que realmente sentía… lo que yo sentía…-movió un poco
su cabeza al ver que había cometido un error- siento por ti…-recalco la
corrección-es… yo… yo te amo-se sintió la persona mas insegura en ese momento,
solo podía mirar el suelo mientras jugaba nerviosamente con la esquina de su
blusa, de pronto, sintió la mano de él sobre su mentón, la cual ejercía una
pequeña fuerza para hacer que sus miradas se encontraran, cuando al fin ella
accedió, se encontró con una sonrisa y unos ojos llenos de ternura, ella sintió
como sus fuerzas volvían, su corazón volvía a sentirse completo, volvía a
respirar y ese nudo que tenía en la garganta desaparecía
-lo siento Akane, es muy tarde-fueron las palabras del chico, todo se
derrumbaba de nuevo, la había levantado para dejarla caer de una altura
mayor-yo también llegue a amarte, pero tu te encargaste de destruir ese
sentimiento, y ahora yo me he casado con Ukio, me he
enamorado de ella-finalizo el chico soltando el rostro de Akane,
para tomar a su ahora esposa de la mano. Sus lágrimas corrían libremente por
sus mejillas, casí podía escuchar como su corazón se
partía en mil pedazos y lo peor era que realmente dolía mucho, dolía saber que
en cierto momento fue correspondida y que ahora él se iba con otra, sus piernas
perdían fuerzas y amenazaban con darse por vencidas
-Ranma, no te vallas…-gritó la chica al ver que se alejaba
junto con Ukio-no me dejes… por favor Ranma… Ranma-Ukio
volteo hacía ella y la miro con una sonrisa maliciosa
-Akane… ¿qué tienes?, Akane… Akane despierta…-que extraño ¿desde cuando la voz de Ukio y la de Nabiki se parecen
tanto?
-Akane despierta, tienes un mal sueño-dijo Nabiki sacudiendo un poco a su hermana menor
-ah… eh… ¿Nabiki?-dijo algo somnolienta
-si, soy
yo-la chica sonreía levemente, algo muy raro en ella, y más ahora que había
oído lo que su hermana decía entre sueños- ¿estás bien?
-si, yo
solo… tuve un mal sueño-dijo al instante que permitía que cierto alivio
escapara en su suspiro
-acerca de Ranma ¿verdad?-dijo seriamente
-eh…-se
sorprendió, para este entonces ella debería estarle cobrando por guardar esa
información, pero no era así y su mirada le inspiraba confianza-si, yo soñé con
él
-¿puedo
saber que?
-pues…-comenzó
a mirar su cobija y sus ojos adoptaron de nuevo la tristeza-soñaba que él se
casaba con Ukio y que se iba
-ya veo…-en
los ojos de Nabiki también se formo cierta tristeza,
pero esta iba dirigida hacía su pequeña hermana
-pero solo
fue un sueño…-dijo casi en un susurro, tratando de apartar esas imágenes, de lo
que no se dio cuenta, fue de la mueca desconcertada que hizo su hermana al
voltear a verla
-Akane… ¿te sientes bien?-dijo la chica al mirarla fijamente
-¿yo?... si,
me sien…-sus ojos se abrieron de par en par, dejando así que se inundaran y que
ese sentimiento de desesperación, la tomara por asalto de nuevo, miró a su
hermana la cual se veía confusa-Nabiki, no es verdad…
dime que no es verdad…-dijo la chica para después buscar refugio en los brazos
de su hermana mayor
-Akane…-dijo Nabiki, al saber que
ella también era incapaz de sostener las lágrimas-lo siento…-dijo en una clara
afirmación en respuesta a su hermana-¿realmente lo amas verdad?
-yo…-dijo la
chica sin poder articular bien, a causa de sus sollozos-si… lo amo… lo amo
tanto
-hay
hermanita, lo se, todos lo sabemos, pero él esta a punto de irse
-¿qué?
-si, ya armó
su equipaje y en cualquier momento se irá
-Nabiki ¿qué hago?-dijo la chica al separarse un poco
-no hay
mucho que puedas hacer, pero, por lo menos hoy sé sincera-le contestó con una
sonrisa llena de cariño
-si, tienes
razón…-rápidamente se levanto y corrió fuera de su cuarto, aun llevaba puesta
su bata, no era la típica formada de pantalón y blusa amarilla, era una nueva
que le había regalado Kasumi, era un vestidito de
tirantes azul cielo que dejaba al descubierto su bien formado cuerpo. Mientras
buscaba a Ranma, pensaba en lo acontecido unas
semanas atrás: “tuvieron
una pelea, había comenzado como la mayoría, con una tontería, ¿el por que?, ni
ella misma lo recordaba, de seguro él no quiso comer su comida, o tal vez le
dio un golpe a
P-chan,
o tal vez la llamó kawaikun, bueno el punto es que
comenzó como cualquier otro día y terminó en desastre, esa había sido la peor
pelea que habían tenido, al punto en el que decidieron romper su compromiso a
pesar de lo que dijeran sus padres y él había salido del dojo
realmente furioso”.
El lugar en el que lo encontró fue en el dojo, él se encontraba de espaldas a la puerta mirando el
tablero en el cual estaba escrito el nombre del dojo,
a pesar de que no lo veía a la cara, pudo sentir la melancolía del chico, casi
podía asegurar que había derramado lágrimas y ella hizo lo mismo, giro su
rostro levemente hacía un lado y de nuevo se permitió llorar, ya no servia de
nada hacerse la fuerte y lloró, lloró recordando lo que pasó después de esa
pelea: “habían pasado poco mas de dos
semanas, ella se sentía realmente arrepentida, por lo que trataba de acercarse
a Ranma, pero este la evitaba, no con desagrado, ni
con desprecio, mas bien, había en su mirada algo de culpa, en momentos parecía
que accedía a los tiernos intentos que Akane hacía
para reconciliarse, pero de pronto parecía recordar algo y buscaba la forma de
alejarse. Así pasaron unos días más, cuando ella llegó. A la ahora de la cena
se anunció con un fastidioso “nihao”, esa palabra
hacía que algo muy dentro de ella se incendiara
-Sham…
Shampoo-fue la nerviosa reacción de Ranma
-¿qué haces
aquí?-pregunto Akane tratando de ocultar su notorio
enojo
-Shampoo, venir por
airen-dijo en respuesta con una risita muy segura
-¿a sí?, ¿y que te
hace pensar que él irá?-dijo Akane fallando en su
intento por cubrir sus celos
-bueno, Shampoo no
tener por que responder a chica violenta, pero no importa, ya que ahora no solo
leyes amazonas decir que Ranma ser mi airen, también
este papel decirlo-al instante saco una hoja tamaño carta donde estaban unos
resultados de laboratorio-Shampoo estar embarazada de airen
-¡¡¿QUÉ?!!-fue la
reacción de todos en la mesa, incluso del mismo Ranma
el cual tenía los ojos bien abiertos y estaba en estado de shock
-esta bien, siempre
pensé que estabas loca, pero hoy me lo confirmas-dijo Akane
sin creer ni una sola palabra de lo que decía la china
-airen, díselos-dijo
la chica dirigiéndose a Ranma, el cual ni siquiera
pudo abrir la boca-Ranma ¿acaso tu poder
negarlo?-dijo la chica en un tono desafiante, Ranma
parpadeo, para después mirar a los ojos a la chica frente a él, después bajo la
mirada
-no, no puedo…”
Esas palabras se habían grabado en la mente
de Akane, mas bien en su corazón y realmente habían
dolido, salió de sus recuerdos y voltio hacia enfrente y pudo verlo, aun no se
daba cuenta de que ella lo observaba, se acercó un poco y la madera hizo un
rechinido levemente, lo cual hizo que Ranma se estremeciera pero sin voltear
-Ra… Ranma-se atrevió a decir,
rápidamente el se dio la vuelta
-Akane…-dijo el chico con dolor, la vio de pies a cabeza,
nunca había visto esa bata “se ve hermosa” pensó, ella se dio cuenta y se
sintió algo abochornada, pero nada con lo que no pudiera vivir
-¿ya te vas?-preguntó
la chica esperando la respuesta que ya conocía
-si…-dijo
desviando su mirada-Akane… yo lo siento… nunca quise
que esto pasara-sus puños se cerraron, al igual que sus ojos en los cuales
encerraba un gran desprecio por él mismo
-Ranma… yo también tengo que disculparme… si hubiera sido un
poco mas comprensiva esa noche, no te hubieras ido… perdóname-dijo la chica con
sus ojos llenos de lágrimas pero sin dejarlas salir
-Akane, tu no tienes la culpa, que hayamos peleado no
justifica mis actos-dijo Ranma ahora mirándola
directo a los ojos
-Ranma, tal vez… sí… yo te hubiera dicho…-calló por un
momento buscando las palabras-lo que realmente sentía… si yo te hubiera dicho
que… que te… que te amo… tal vez…
-Akane… ¿tú me amas?-pregunto el chico dudoso, a lo que Akane solo asintió con la cabeza, pues su ahogado llanto no
la dejaba decir más, los ojos de Ranma ahora si se
encontraban húmedos, se acerco y abrazo a la chica , y así los dos lloraron, el abrazo de Ranma la cubría por completo, mientras que trataba de
esconder su cabeza entre el hombro y el cuello de Akane,
por otro lado Akane se aferraba a la cintura del
chico mientras que apretaba su camisa china de color rojo
-yo te amo Ranma… te amo tanto-decía la chica entre un llanto amargo
-yo también Akane, te amo, no sabía lo que era amar, hasta que te
conocí-aunque su llanto era más leve, se podía sentir el gran pesar que tenía
el chico-perdóname…-dijo sin poder contener más el llanto y lanzó un ahogado
alarido, algo que partió en dos a Akane, él siempre
había sido tan fuerte y ahora estaba realmente destrozado, aun no sabía lo que
hacía, pero se separó un poco de él, así pudo contemplar sus profundos ojos
azules, con un movimiento de su mano limpio su rostro, él pudo sentir su suave
mano en su mejilla, pero sentía que en vez de acariciar su rostro acariciaba su
alma, una paz lo envolvió, por unos instantes sintió que nada malo pasaba y así
se pudo perder en esos inmensos ojos cafés, se acercó a ella, miraba sus ojos y
después sus labios sucesivamente y ella hacía lo mismo, la distancia se hizo
tan pequeña que podían sentir sus alientos, eran tan calidos, incluso
ocasionaban cierto cosquilleo, y fue así como él besó su labio superior
lentamente y muy suave, ella por su lado no se movió, pero cerro sus ojos
permitiendo así, que él la besara, él volvió a colocar un pequeño beso en los
labios de Akane, y otro, y otro, hasta que Akane comenzó a participar y el beso se convirtió en pasión
, todo lo que no se habían demostrado, ahora se manifestaba, quien rompió el
beso fue Ranma
-Ranma…-fue lo único que pudo decir la chica muy confundida
-dime que no
me case con ella-dijo el chico sin dejar de verla
-¿qué?
-dime que me
case contigo
-pero Ranma, tu honor…
-no me
importa… lo único que me importa eres tu, estaba resignado a irme, por que
pensé que tu no sentías nada por mí, pero ahora veo que si me voy, no solo
sufriré yo, sino que tu también lo harás
-pero… el
niño… el no tiene la culpa… no… no puedo hacerlo-dijo la chica llorando
amargamente
-el tendrá
mi apoyo, yo seré su padre, eso no cambia
-no Ranma, no puedo, tu debes casarte con ella
-pero Akane…
-basta, no
hagas esto mas difícil-al decir esto le dio la espalda, para que él no pudiera
ver el gran dolor que acompañaban a estas palabras, trataba de contener sus
sollozos, pero cuando sintió que esos brazos tan calidos la rodaban, no lo
soporto más, se derrumbo en llanto y apretó fuerte sus brazos
-fue tan
hábil, supo como controlarme-él se encontraba visiblemente dentro de sus
pensamientos
-de seguro
te dio algún brebaje chino ¿verdad?-dijo ella con tristeza y gran odio hacía la
chica
-bueno,
altero un poco mi té, pero solo me mare, sabía muy bien lo que hacía
-¿qué?-dijo
la chica al tiempo que trato de alejarse, pero él no lo dejó
-el brebaje
lo uso ella-estas palabras hicieron que Akane se
tranquilizara para así escuchar toda la versión-lo que ella tomo fue para tomar
tu forma
-ella… tomo
mi forma… para atraparte-dijo algo confundida
-si, ella
descubrió lo que sentía por ti y planeo todo, como yo estaba algo mareado, no
me di cuenta… hasta… la mañana siguiente-Akane se
quedo en shock, Shampoo se había dado cuenta de todo,
mientras que ella se dejo cegar por el orgullo
-lo
siento…-fue lo único que pudo decir
-yo
también-con esto él hizo que ella girara, para así verla de frente, le sonrió,
esa sonrisa que ella amaba y solo pudo hacer lo mismo, le dio esa sonrisa que
el amaba, la cual hacía que olvidara cualquier cosa, se acercaron, sus rostros
querían encontrarse en un tierno beso, que tal vez, sería el último, cuando:
-¡nihao airen!-esa voz, esa fastidiosa frase hizo que ambos
jóvenes se apartaran un poco
-Shampoo-dijo
Ranma con desagrado
-Ranma, ¿qué haces con chica violenta?, tú deber estar en el
nekohanten-al decir esto, no pudo evitar lanzar una
mirada asesina a Akane
-lo sé, en
un momento estaré allá
-Akane ¿qué se siente ser perdedora?-dijo la chica con una
sonrisa maliciosa
-eres…
despreciable…-dijo Akane con gran odio
-Shampoo no
permitir que chica violenta la ofenda-y al instante saco sus bomborines
-basta-dijo Ranma al ponerse en medio de las chicas-Shampoo tú estas
embarazada, y no permitiré que le hagas nada a Akane-su
actitud era de determinación
-pero airen…
-no Shampoo,
yo me casaré contigo, pero eso no quiere decir que te ame-esto lo dijo con el rostro
muy frió
-Ra… Ranma…-dijo la chica
realmente dañada
-Shampoo,
vete, en un momento iré yo
-pero…
-Shampoo-dijo
con un tono que la asusto
-si-se
limito a decir antes de irse, cuando ella salio Ranma voltio a ver a Akane, quien
se encontraba llorando amargamente-Akane ¿qué
tienes?-dijo tratando de abrazarla
-no Ranma, no me abraces
-pero…
-¿no lo
entiendes?, yo soy la otra-dijo con gran dolor
-Akane… perdóname-dijo sintiendo todo lo que decía la chica
-Ranma… por favor vete, no hagas esto más difícil
-si-dijo el
chico con su mirada apesadumbrada-solo espero que algún día me perdones
-tú no
tuviste la culpa, no tengo nada que perdonarte-cuando dijo esto, Ranma la abrazo, aunque esto sería mas difícil, tal vez
sería la ultima vez que lo podría abrazar, así que lo abrazo lo más fuerte que
pudo, quería grabar en su mente la sensación de su cuerpo, grabar cada línea de
sus firmes músculos, grabar ese aroma de guerrero que solo él podía transmitir
y quería grabar esa sensación de seguridad que solo podía sentir cuando estaba
cerca de él, el abrazo terminó y él solo tomo su morral en el cual llevaba sus
pocas pertenencias
-no importa
lo que pase Akane, nunca dejare de amarte-así él se
dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida seguido por Akane, la familia que se encontraba en el comedor, al
verlos los siguió, ya en la puerta:
-tío Soun, gracias por su hospitalidad y perdón por todo-el
hombre no contesto, era normal, no podía ignorar lo que le había hecho a su
hija menor -Nabiki, Kasumi,
gracias, fueron para mi como hermanas y aprendí a quererlas como tal, las voy a
extrañar-el chico hizo una reverencia para agradecerles, pero las chicas lo
abrazaron
-nosotras
también te extrañaremos Ranma-dijo Kasumi realmente conmovida
-espero que
no sea la ultima vez que te veamos-dijo Nabiki con
una sonrisa
-yo
también-dijo el chico con un intento de sonrisa-adiós-al decir esto sus ojos se
llenaron de lágrimas y dio media vuelta en dirección del nekohanten
Akane lo vio, ahí
iba el chico al cual ella amaba y el cual también la amaba, se estaba alejando,
la respiración comenzaba a fallarle, sus manos temblaban, sus lágrimas corrían
libres y sus piernas flaqueaban, simplemente no lo soportaba
-¡¡Ranma!!-gritó al
mismo tiempo que se desplomaba, el chico volteo y corrió hacia ella que
estaba en los brazos de sus hermanas
-Akane, ¿Qué te pasa? Akane… Akane despierta-Ranma se
encontraba en el cuarto de Akane que al parecer tenía
un mal sueño, la movió un poco y al parecer la chica estaba por despertar
-ah… ¿Ranma?...-dijo la chica entre sollozos
-si, soy yo
¿te sientes bien?, estabas gritando mi nombre-dijo el chico algo extrañado
-yo… tuve un
mal sueño…-al decir esto pensó que podría ser otra broma de su
subconsciente-¿qué haces aquí?
-bueno, lo
que pasa es que Rioga me retó a un duelo, no puede
ser que halla encontrado el dojo a las tres de la
mañana, bueno, lo derrote y cuando regresaba por el tejado, oí que me llamabas
¿necesitas algo?-por extraño que parezca, los ojos del chico demostraban una
preocupación, que nunca antes había dejado ver
-si… yo…-la
chica no se atrevía a hablar, por lo que Ranma se
acerco para sentarse junto a ella
-dime ¿qué
necesitas?-dijo tiernamente
-no te
vallas
-¿disculpa?-dijo
con una cara de “no entiendo nada”
-necesito
que te quedes-dijo para después abrazarlo, por su lado Ranma
se sonrojo ligeramente, pero pronto la abrazó
-me quedare
esperando que te duermas-le dijo muy cerca de su oído
-no me
refiero a eso-dijo la chica algo tímida
-a no
¿entonces a que te refieres?-dijo el chico más confundido
-que no te
vallas nunca-le dijo sin dejar de abrazarlo
-¿tan mal
estuvo tu sueño?
-si-dijo al
tiempo que su voz se quebraba
-¿quieres
contármelo?-dijo al separarse un poco, la chica volteo a ver sus cobijas
-yo… primero
soñé que soñaba, es decir, en el sueño tuve un sueño
-si, ¿Qué
soñabas?
-soñé que te
casabas con Ukio-dijo muy apenada, por lo que Ranma se puso totalmente rojo, ¿ella esta así por que soñó
que él se casaba con otra?, la chica al ver esto, se acobardo de seguir, pero
después pensó que en sus sueños, todos los problemas fueron por que se quedó
callada, así que esta vez hablaría-me desperté en el sueño, pero en ese sueño
tú te ibas a casar con Shampoo, por que… ella… estaba… embarazada-la cara de Ranma cambio a MUY SORPRENDIDO, el silencio reinó, ninguno
de los dos se atrevía a decir nada, casi se podía oír el palpitar de sus
corazones hasta que él dijo algo
-Akane, no te preocupes, fue solo un sueño, yo no me casé
con Ukio y ten por seguro que no me casaré con
Shampoo y menos por… eso-aunque estaba serio, no podía ocultar lo difícil que
era expresarse sobre ese tema
-¿hablas en
serio?-la cara de la chica denotaba cierta tristeza
-si, yo… no
me casaría con nadie que no fueras…-el chico calló tapándose la boca
-¿qué no
fuera quien?-preguntó Akane, a lo que Ranma contestó moviendo negativamente su cabeza, Akane solo pudo sonreír al atrapar a su prometido-te quiero
Ranma-dijo en un susurro que solo él podía escuchar y
solo sonrió
-yo… también
te… yo… creo que me voy a dormir-dijo poniéndose de pie y rojo como un tomate
-¡Ranma!-aunque lo llamó, el chico seguía caminando hacia la
puerta tieso como un soldadito de plástico y más rojo, Akane
no podía permitir que se fuera, si las cosa no se aclaraban en ese momento,
quien sabe si habría otra oportunidad, voltio en todas direcciones pensando que
hacer, hasta que se dio cuenta de lo que llevaba puesto: la bata azul de
tirantes que le acababa de regalar Kasumi, así que
rápido se puso de pie-Ranma…
-eh…-el
chico se detuvo y lentamente se dio la vuelta-“se ve hermosa”-pensó al
instante, su rostro que era de pena, se volvió en el de un chico enamorado-yo
también te quiero Akane
-Ranma…-dijo la chica al acercarse, él la veía a los ojos y
se sentía cada vez más hipnotizado, cuando ella estuvo lo bastante cerca, él
toco su mejilla en una suave caricia y con una sonrisa se fue acercando a su
rostro, hasta que sus labios se juntaron, pudieron sentir una leve descarga
eléctrica, los dos estaban tan nerviosos, sus manos temblaban, pero conforme
pasaba el tiempo, la pena se iba perdiendo y el beso se hizo mas profundo,
lleno de amor, cuando el beso se terminó, ellos se veían a los ojos, casi
esperando que el sol saliera-quédate a dormir aquí-dijo la chica sin dejar de
verlo
-pero…
-solo a
dormir-dijo ella aclarando cualquier mal entendido, el solo sonrió
-esta
bien-los dos se recostaron en la cama, el extendió su brazo y ella se recostó
sobre él, al mismo tiempo que lo abrazaba, igual que él, que había cerrado su
brazo y con el otro acariciaba el cabella de Akane, así
se quedaron dormidos.
Ya había amanecido y el sol comenzaba a
entrar por la ventana, alumbrando así el rostro del chico, que ya se encontraba
despierto y observaba a la chica que aun dormía a su lado
-Akane, te ves preciosa-dijo con su voz muy bajita, para no
despertarla, pero fue inútil, la chica daba señales de querer despertar y poco
a poco fue abriendo los ojos-“espero no se le olvide nada”-¡¡pum!!, sip, si
se le había olvidado y su mazo había aparecido para golpear a Ranma
-Ranma eres un pervertido, eres…-en ese memento recordó
todo-oh, Ranma perdón-dijo
arrodillándose junto al chico que se encontraba tirado
-¿qué te
pasa?-dijo algo molesto
-lo siento,
es la costumbre-dijo con una sonrisa encantadora que él noto, pero se hizo el
sentido y le voltio la cara
-pues no te
perdono
-anda,
perdóname-dijo depositando un beso en su mejilla
-no-dijo
cuando en su rostro una sonrisa se quería asomar
-por
favor-dijo dándole un beso un poco más cerca de la boca
-no…-dijo
más débil
-anda-y con
esto el beso llegó a tocar levemente la esquina de sus labios
-mmmmmm-se quedo pensando y Akane
lo beso directamente en los labios-de acuerdo, si te perdono-y tomo a la chica
en un abrazo para besarla, pero…
-Akane ¿estas bien?-dijo Kasumi al
entrar al cuarto y ver a su hermana arrodillada junto a la cama como si
estuviera rezando y la ventana de su cuarto abierta, con las cortinas volando
por el aire
-yo… sssi… estoy bien-dijo con una risita tonta
-lo que pasa
es que oí un ruido
-ah eso, lo
que pasa es que me caí, pero estoy bien
-bueno, sera mejor que te cambies, el desayuno esta casi listo-dijo
con una sonrisa
-si ahora
bajo one-chan-y con esto Kasumi cerro la puerta y Akane
respiro hondo, después se paro y caminó a la ventana-ya se fue-y al instante Ranma apareció de cabeza colgando solo de los pies
-por
poco-dijo con una sonrisa
-si, pero
ahora tenemos que bajar a desayunar
-si, nos
vemos abajo-y subió dejando a Akane junto a la
ventana
-Ranma-y de nuevo el chico apareció de cabeza
-sí
-te amo baka
-y yo a ti kawaikun-al instante se acercaron para darse un beso fugaz
y después Ranma volvió a desaparecer, dejando a una Akane sonriente
FIN.
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