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jueves, 16 de enero de 2014

Anochecer

Anochecer


 En la casa de los Tendo solo el silencio se podía oír a esas alturas de la noche, el ruido de los grillos mezclado que el suave viento que mecía las ramas de los árboles dejaban a la vista el encanto de la oscuridad escondida, el ulular de búhos y lechuzas que llamados a la caza por la noche eran espectadores de la misma mientras todo era iluminado por una hermosa luna que opacaba a las pequeñas estrellas que eran encubiertas por perdidas nubes que en el cielo oscilaban, era una hermosa noche, la cual podía retratarse en un poema, en verano, cuando todo el mundo sueña las sombras se abren paso a través del lugar mostrando que no todo en las tinieblas es pesadilla.

 Un joven con camisa china roja  también observaba la tranquila noche desde el tejado, sus oscuros ojos azul profundo perdidos en algún punto indefinido entre el suelo y el cielo, su pose tranquila estirada dejaba ver la calma en la que reposaba en estos momentos.  Sus manos detrás de la cabeza como apoyo de un almohada, tranquilidad, cosas que casi no se respiraba en Nerima casi nunca, esa sensación de paz que te inunda al no tener nada que temer, pues sabes que nada te pasará, en ese instante el muchacho  sabía que eso pasaba por eso se sentía tan bien, con una media sonrisa esbozada en la comisura de los labios, esa noche sus prometidas no atacarían, no, esa noche no.

- Tal vez al amanecer... – habló para si mismo incorporándose.

 Ya era pasada la media noche,  así que no ocurriría nada si se quedaba ahí un rato mas,  y... a lo mejor si se quedaba acababa pasando algo nuevo, tenía toda una noche que podía disfrutar del fresco verano que se colaba por cada rincón de las calles de Nerima inundando el lugar de esa sensación que Ranma sentía tan cercana. Aunque no era la única persona la cual no podía dormir esa noche, no, aunque todo Nerima descansaba, ella por muy irreal que pareciera no conseguía coger el sueño, sin su mascota le costaba mucho relajarse, y sin embargo se sentía tranquila, pero no podía dormirse, necesitaba  hacerlo, aunque la verdad es que mañana era Domingo y no había clase, bueno, mejor dicho, hoy era domingo, se estiró y salió de la cama abriendo la ventana mirando al exterior.

 La verdad es que la vista era preciosa, la luna reflejándose en la cristalina agua del estanque, esto le hizo sonreír de una forma encantadora, cosas simples pueden hacernos hacer las cosas más hermosas que imaginamos, sus ojos centellearon de la emoción, si así se veía desde su ventana seguramente desde el techo se vería mejor. La euforia era máxima, Nerima de noche era un misterio que podía extasiar demasiado sino estabas acostumbrado a vivir en las oscuras y luminosas penumbras de ella. Le costó algo subir al rejado, pero merecía la pena, al colocarse de pie en el pudo observar la gran extensión de casas que se extendía todo iluminado por el gran astro que había en el cielo ridiculizando a las pequeñas estrellas que dejaban paso a su belleza, pero no era la única persona en ese lugar que las observaba, el chico el cual absorto en sus pensamientos no la había visto baja la mirada del cielo y se fijaba en ella.

- Akane... – susurró parpadeando sorprendido de no haberse dado cuenta de su presencia en este tiempo.

- Ranma – no es que estuviera muy sorprendida, ya que muchas veces por las noches el se quedaba en el tejado, pero nunca hasta tan tarde - ¿qué haces aquí? – preguntó mientras se acercaba al chico que estaba cruzado de piernas.

- Observando la noche, está muy tranquila hoy – sonrió un poco mirándola de reojo - ¿y tú? – curioso viendo como se sentaba a su lado y suspiraba.

- No podía dormir, miré hacia la ventana y vi que noche hacía y me apeteció venir hacia aquí para observarlo mejor – pasándose  la mano por el hombro, donde acababa la prenda y empezaba la piel – este fresco veraniego embriaga, creo que por eso no he podido dormirme, tenía que ver esta noche – fijándose en el cielo.

- Siempre pensando demasiado en las cosas – negó con la cabeza – eso te caracteriza, sacas siempre unas conclusiones muy meditadas, no has podido dormir por que no has podido dormir y punto – en tono de burla.

- Fue a hablar el inmaduro – frunciendo el ceño algo ofendida.

- Vamos, no te enfades, ha sido una pequeña broma – intentando que entendiera, ella siempre se tomaba las cosas muy a pecho siempre.

- Pues no tiene gracia Ranma – le miró – deberías aprender a pensar antes de hablar, te quedarían mejor las cosas – repuso.

- Yo pienso antes de hablar, otra cosa es que las medite como tú – rió débilmente.

- Creo que yo no daño mientras hablo a no ser que me ofendan primero y creo que tú lo haces al revés – apartando la mirada de él – tú solo sabes meterte conmigo, y luego te sientes culpable, eso es de inmaduro y poco sensato, además de masoquista – comentó con cierto aire de mofa.

- ¿¡Masoquista!? – algo alarmado - ¿me ves con cara de gustarme el dolor? – señalándose a sí mismo.

- Sino me insultaras yo no te mandaría a volar, eso significa que me insultas por que te gusta que te golpeé, ¿no es eso ser masoquista? – convencida de su deducción.

- Vamos Akane, sabes que tus golpes no es que sean muy fuertes, potentes sí, pero tanto como para doler... dolerá la caída, pero el golpe en sí no – se encogió de hombros – además te insulto por que es una forma de pasar el rato, yo te insulto, tu me insultas, yo te vuelvo a insultar y me mandas a volver, así de simple – como si fuera lo más sencillo.

- Pues a mí no me resulta tan divertido como a ti – bajó la cabeza algo deprimida – a mi no me gusta discutir contigo siempre, sin discutir también nos la pasamos bien a veces aunque luego siempre ocurre algo que lo arruina – recordando todas y cada una de las veces que había pasado - ¿de verdad crees que soy una marimacho kawaiikune? – mirándolo con un deje de tristeza, parecía que la noche no  era tan distinta a la mañana.

- Esto... – se puso algo rojo sin saber que decir.

 ¿Cuándo se había vuelto una situación totalmente casual en  algo tan comprometido?. No sabía que decir... se veía tan bonita ahora, con los reflejos azules de la luna pegando en su pelo y cuerpo, cuando quería Akane podía ser realmente hermosa, pero aceptarlo abiertamente... le resultaba muy difícil, atarse a algo era demasiado complicado para él, implicaba responsabilidades y tenía más de las que necesitaba para su edad. Pero ella merecía una respuesta... ¿cómo decirle que era la más hermosa para él?. Que no podía comprender como siendo como era podía ser tan preciosa cuando quería y con una sonrisa que podía derretir a cualquiera, su garganta carraspeó en busca de una respuesta, miró al cielo buscando una respuesta y allí estaba, como riéndose de él, lo más simple que podía decir.

- Creo que eres como la Luna – no muy convencido de sus palabras nervioso.

- ¿Cómo la Luna? – incrédula de tan rara comparación de parte de su prometido - ¿qué tiene que ver que sea una marimacho kawaiikune con la Luna?,¿te estas burlando de mí? - algo enfadada, ella hablaba en serio y el salía con una de sus típicas bromas.

- ¡No es eso Akane, por favor, baja el mazo! – intentando explicarse – digo que eres como la Luna por que es verdad... a ver como te lo explico... – sabía que se estaba complicando, pero eso era mejor que una confesión abierta – imagínate que el resto de mis prometidas son las estrellas que están alrededor de la luna, ¿ves que están intentando brillar más que ella?. Pero no lo consiguen, le tienen envidia y la intentan superar, pero le es imposible, aunque las estrellas sean bonitas, la Luna es la más hermosa – sonrojado a más no poder rascándose la cabeza rezando por que la chica de cabellos cortos lo entendiera bien.

- ¿Soy como la Luna? – intentando entenderlas – pero la Luna como dices es hermosa y yo no... – sus ojos se abrieron inmensamente buscando los ojos de su prometido que rehuían de ella – si yo soy la luna... y tu la consideras hermosa eso quiere decir... – poniéndose la mano en el labio sonrojándose a más no poder mientras ella también  giraba la cabeza y se ponía las manos en las mejillas.

 ¡Ranma la consideraba hermosa!. Bueno, también consideraba bonitas a las estrellas, osea a sus prometidas, pero a ella la consideraba hermosa... sonrió dulcemente. Ranma nunca diría libremente que la consideraba bonita sin estar hechizado o intentara persuadirla para algo, por eso había utilizado esa metáfora tan bien explicada, por eso Akane se había sonrojado tanto, por que según Ranma ella no tenía nada que envidiar a las estrellas, ellas eran quienes la envidiaban, ella era la Luna. Se giró buscando a Ranma pero el seguía completamente rojo intentando por todos los medios no mirarla a la cara. Akane sonrió de medio lado, a veces ese baka podía llegar a ser tan irremediablemente encantador cuando no se lo proponía.

- ¿Y piensas algo más sobre la Luna? – deseando poder saber más cosas que pensaba en realidad de ella.

- ¿Có... cómo? – se giró a mirarla no entendiendo que se proponía.

- Piensas que la Luna es hermosa – sonrojada pero sin perder la sonrisa - ¿y que más? – pícaramente preguntando otra vez, cosa que al parecer Ranma si consiguió captar.

- Bueno... eh... pienso que es muy hermosa y linda cuando brilla, aunque cuando no hay se vuelve la noche un tanto... tétrica y no parece feliz, a veces cuando se enfada es algo bruta... pero siempre me cura cuando estoy herido si puede – meditó hablando como si la aludida no estuviera ahí – su cocina es... veneno, tiene que aprender, aunque una vez hizo un curry muy bueno – recordando la vez que fue al bosque dejando el curry que había preparado el día anterior – consiguiendo demostrar que nada es imposible por mucho que lo parezca... ¡auch! – se rascó la cabeza – ¿y eso a qué ha venido? – mirándole al parecer algo indignada.

- Oh no, por nada en especial – contestó, reconocía que su cocina no es que fuera muy buena, pero no creía... recordó las bolas de arroz de los pétalos y se deprimió algo – bueno, la verdad es que no es que cocine muy bien, lo reconozco... – como si hablase para ella – pero el curry que hice me salió en verdad bueno, ¿cierto? – le miró rápidamente recordando que se había ido antes de que todos lo probasen - ¿en verdad estaba bueno?. Yo lo probé y creo que sí, ¿estaba bueno? – acercándose a él.

- Eh... sí, el curry que hiciste estaba bueno... uhm... lo probamos yo, tu padre y el mío, y los tres lo dijimos – algo nervioso – a lo mejor con más práctica te saldría siempre... aunque me niego a comerlo sino lo has probado tu antes – haciendo un gesto de negación con las manos.

- Baka – sonriendo mientras se colocaba enfrente de él – muchas gracias por decirme que te parece la Luna, me he alegrado mucho de saberlo y procuraré probar mi comida antes de dártela, espero que me salga bien la próxima vez – levantándose.

- ¿Adonde vas? – parpadeó haciendo lo mismo que ella.

- A mi cuarto, será mejor que intente coger el sueño, a lo mejor me pongo a contar ovejas – se rió de su propia broma.

- ¿Tan pronto? – el tampoco tenía sueño y no quería irse a su cuarto, quería quedarse con Akane un rato más – esto...

- ¿Sí Ranma? – se volteó a verle.

- ¿Querrías... querrías venir conmigo por Nerima? – intentando que las palabras fueran las adecuadas.

- ¿Qué? – creía haber escuchado mal.

 Ranma nunca, lo dicho, nunca, se dejaría ver con ella por las calles de Nerima en plan parejita o acompañante, a no ser claro ir a comprar o a la escuela, ¿pero que él se lo propusiera?. Vamos si tenía que engañarle para conseguir la acompañara a cualquier lugar y lo hacía siempre en su forma de chica. Esto era muy raro por parte del chico de la trenza, aunque... había insinuado que era bonita, que era hermosa más bien dicho... a lo mejor esta noche era especial, por eso, aunque fuera muy imposible de creer, estuvieran hablando de una forma más o menos civilizada, sin mucho insultos graves o insinuaciones ofensivas, simplemente hablando, como si de una pareja normal se tratase.

- Es decir – agravó algo la voz – que si querrías acompañarme, ya que bueno... no tenemos sueño y no creo que lo cojamos en un buen rato, creo que sería bueno dar una vuelta así nos despejamos un poco, ¿no crees? – ella parecía sorprendida.

- Bueno... si esperas que me cambie de ropa, no pienso andar por Nerima en pijama – se defendió – en cinco minutos estoy lista – mientras se acercaba hasta su ventana.

- No te preocupes, no me moveré de aquí – volviéndose a sentar con las piernas cruzadas en el tejado mientras ella desaparecía de su vista.

 El muchacho aunque no lo aparentaba estaba nervioso, había sido capaz de invitar a Akane a dar una vuelta, eso era más de lo que había conseguido en mucho tiempo, eso podría llamarse una especie de cita, ¿no?. Un momento... ¿¡cita!?. ¿Le había pedido a Akane una cita? Él solo quería estar un rato con ella y así los dos podrían coger el sueño, solo era eso ¿cierto?. Se empezó a poner nervioso pensando en lo que podría pasar, luego decía que Akane pensaba demasiado las cosas, pero él tampoco es que se quedara atrás, ambos, solos... en Nerima... a la luz de la Luna...  podía pasar cualquier cosa... ¡no!.¡Tenía que quitarse esos pensamientos de la cabeza!. Akane no pensaría que era una cita, solo era un pequeño paseo, ¿cierto no?. Empezaba a temer seriamente lo que pudiese ocurrir.

- Ya estoy Ranma – escuchó la voz de la chica venir del lugar donde se había ido antes.

- Creí que te habías quedado dor... dor... dor... – se quedó mirando a la chica sin saber que decir  - dor...

- ¿Te gusta este conjunto? Es nuevo – se sonrojó – Nakibi insistió en que me lo comprara, ¿qué te parece? – algo tímida.

 Llevaba un vestido azul muy lindo con un escote no muy pronunciado pero bastante tentativo, sin mangas con dos finas tiras que unían la parte de adelante con la de atrás. Ranma no supo si era por que ese traje le quedaba condenadamente bien, ni demasiado provocativo ni demasiado casto, o por las horas de no haber dormido haciendo que ella le pareciera preciosa por los reflejos de la luna... tal vez fueran ambas.  Él tragó en seco y trató de sonreír normal pero no lo pudo, estaba más rojo que un tomate y su prometida esperaba su respuesta, aunque la verdad es que no sabía que decirle.

- Pues... creo... creo que te.... te ves... muy... muy... – medio tartamudeando esperando encontrar las palabras que se perdían en su garganta.

- ¿Lunática? – intentó bromear con el apelativo que Ranma anteriormente le había puesto, aunque ese significara loca.

- ¡No! – cerró los puños – No te ves lunática sino... más bien... – empezó a juntar los dedos mientras que su prometida se acercaba pues el murmullo incoherente se podía escuchar pero no traducir desde donde estaba.

- ¿Mas bien? – sabía que tenía que ser paciente, Ranma para los cumplidos, por lo menos con ella, era demasiado tímido, así que no tuvo más remedio que colocarse a un palmo de distancia suya para entenderle más o menos lo que decía mientras le levantaba la cara con ambas manos para que la mirara - ¿y?.

 Ranma la miró a los ojos, esos preciosos ojos cafés que tanto brillaban, era perfecta para él tal y como era, su temperamento, su forma de tratarle, sus peleas, ella era quien le complementaba, cuando el era un gato solo podía confiar en ella, ella era su pareja, sin ella no podía ser la persona más fuerte en las artes marciales, sino luchaba por ella no era una lucha seria, siempre que había ganado, o casi siempre que había ganado todas sus luchas había sido por ella, siempre por ella. No había nadie más que lo pudiera apoyar, animar o acompañar hasta donde habían llegado, Akane era simplemente ella y le encantaba que lo fuera, y en este momento se veía tan....

- Kawaii... – susurró mientras la miraba haciendo que ella se sonrojara al no creerse las palabras que salían de su boca.

- ¿Qué? – con la voz ahogada, una cosa era que la llamara hermosa usando una metáfora pero tan directamente...

- Sí... simplemente kawaii...  – agarrando las manos que le sujetaban la cara.

- Ran... Ranma – nerviosa más que nunca él estaba mirándola de una forma muy rara, que solo recordaba haberla visto en un par de ocasiones, las cuales todas siempre acababan mal.

 Pero esta vez no estaba la amazona para interrumpir, ni la cocinera diciendo que se apartara de su  prometido, ni la loca de la gimnasia, ni ninguna de las personas o cosas que interrumpían siempre los momentos de la pareja. Por que al anochecer llega la calma, llega la paz, puede que en algunas no, pero en esta sí, en esta había pegado Morfeo con más fuerza que nunca, menos para dos personas que en estos momentos se miraban fijamente la una a la otra perdiéndose en los ojos de casa uno. Era un momento mágico, nadie estaba aquí para separarles, en un simple momento la magia podía acabar, pero no en ese día, ese día era especial.

 Akane estaba más que nerviosa, las manos que tenía en la cara de Ranma ahora eran apretadas fuertemente en el pecho por él, su corazón lo sentía con las manos, al igual que el de ella latía rápidamente, ambos sonrojados y muy exaltados con la situación, no acostumbraban a gozar de intimidad, nunca la habían necesitado mucho, solo con algunos pequeños momentos bastaban pero... en ese instante, necesitaban estar ellos dos, en su mundo, perdidos en sus ojos, en un mar azul profundo y en un mundo donde todo lo que se podía ver era del color del café. Ranma instintivamente humedeció sus labios, sin pensarlo, solo por que lo necesitaba, realmente le hacía falta, notaba que su respiración entrecortada se iba a parar por el dulce aroma que destilaba la chica, como un leve perfume, cerro sus ojos inspirando suavemente ese olor.

 Ella vio como el cerraba los ojos disfrutando de algo invisible para ella, el contacto con sus ojos acabó cuando ellos se cerraron, quedando simplemente algo que llamaba su atención, los labios de su prometido, por inercia hizo el mismo gesto que él anteriormente había hecho. Faltaban tan poco, tan poco, solo unos centímetros, una sonrisa se esbozó en la cara de él, cosa que parecía totalmente adorable, él era adorable. Ella también sonrió recordando todos los buenos momentos, este quedaría como uno de ellos, así de simple, así de importante... pero sin duda el que más, ella también cerró los ojos y dio el paso definitivo, unió sus labios con los de él, un roce casto, tímido, pero inmensamente dulce.

 Ranma tembló ligeramente, nunca había besado a una chica, en el hecho de que ‘él’ besara, claro que le habían besado, sin su consentimiento, pero lo habían hecho. Sin embargo, él si quería que Akane le besara, como en esos momentos hacía, no tenía que ser un beso salvaje o un intenso, solo un pequeño beso, con eso se conformaba. Soltó las manos de la chica haciendo que las colocara en su cuello mientras el se las ponía en ambas  mejillas, no sabía como actuar, en estos momentos hablaba su instinto, y como usualmente se suele hacer poner las manos en la cintura, el suyo le decía que tenía que hacer lo que en estos momentos le resultaba un simple gesto de cariño, un gesto que transmitía todo aquello que con palabras jamás llegaría a expresar, por lo menos no hasta que madurase, no hasta que su vida fuera algo más normal, sin tener que luchar día a día, una vida con ella, era a todo lo que tenía que aspirar.

 Akane estaba mejor o igual que él, aunque ella había iniciado el acto muy avergonzada y lo había continuado, estaba disfrutando tanto, dios, si la felicidad pura existía este era el momento más feliz de su vida, lo que con palabras no se podían decir con gesto lo acababan. Las manos de Ranma en sus mejillas las hicieron arder, era un gesto tan lindo de su parte, tan tierno, casi no parecía ser el Ranma que ella conocía, este parecía ser más... más dulce. Estaba convenida de que no estaba hechizado, pues antes se habían peleado y si estuviera actuando no creía que llegara a tales extremos de besarla, el no era tan cruel como para hacerlo.  Se separaron y  Ranma pegó su frente a la de ella, aún con los ojos cerrados disfrutando de la cercanía de ambos, solo habían necesitado un momento a solas, uno solo para aclararlo todo, solo en este instante se hacía dicho sin palabras lo que tanto uno como otro  habían temido decir por tanto tiempo.

- Creo que como nuestros padres se enteren no habrá forma de que no celebren la boda – habló calmadamente en la misma posición.

- ¿Es que no quieres casarte conmigo? – algo triste.

- No, jamás... claro que me gustaría... – confesó – pero no tan joven, somos demasiado jóvenes para casarnos, tal vez cuando seamos más mayores, pero ahora es nuestro tiempo de vivir... 

- Además yo no creo que aprenda a cocinar tan pronto... no quiero quedarme viuda antes de casarnos o después – rió débilmente mientras Ranma abría los ojos para mirarla.

- Entonces decidido, cuando aprendas a hacer todas las recetas que sabe Kasumi nos casaremos – mirándola.

- Eso llevará mucho tiempo, años diría yo – negó con la cabeza.

- Claro, ¿por qué te crees sino que lo he propuesto? – guiñándole un ojo haciendo que ella dejara libre algo de su aura de batalla.

- Ranma tú... – con un puño cerrado.

- Creo que te debo un paseo por Nerima esta noche – intentando cambiar de tema poniéndose de espaldas para que ella se subiera - ¿te subes? – ella parpadeó sorprendida.

- Claro que me subo, para una vez que me pides una especie de cita no voy a desperdiciarla – le sacó la lengua haciendo que se sonrojara – pero solo hasta el amanecer.

- Claro – repuso él mientras recargaba el peso en su espalda y giraba la cabeza para sonreírle – solo hasta el amanecer.

 Y aunque cada amanecer es la vista más preciosa que pudiese haber en el mundo, el anochecer trae un sin fin de secretos y misterios que a amanecer son solo ficciones, fantasías... Pero que al anochecer se transforman en la más hermosa realidad que pudiese haber.

FIN


Bueno, un lindo One – shot que se me ocurrió anoche en San Juan pero como no me dio tiempo a acabarlo lo continué hoy, en verdad no iba a haber beso ni nada por el estilo, pero es que dije xD que diablos, como no lo hubo en el manga lo habrá en mi fics. La verdad es que no se, Di muchas gracias por decirme que está lindo n_n eres un solete guapa, a ver si actualizas pronto.

Este fics va dedicado con mucho cariño a Diana xD para que luego digas que soy mala ¬¬ pero me tienes que traer ese regalito, y también a brillito, guapa,  que seguro que será una final México – España y te mandaré algo de consolación si ganamos XD | es broma :p|. Espero que os guste mi pequeño One shot n.n.

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