AMOR
COBARDE
Cuando
callamos el amor…
¿Qué haces aquí?, ¿de
donde saliste?, ¿de donde vienes?, ¿te quedaras?, son preguntas tan habituales
para mi o por lo menos desde que te conocí, desde que te ví llegar por la
puerta del dojo montado en un panda gigante, al principio te creí chica, aun
así hubo algo que me agrado en ti, no se, tu determinación, esos ojos que
dibujaban un cierto brillo.
Después cuando nos encontramos en el baño
estuve furiosa, te odie, te he querido odiar tantas veces, pero eso es tratar
de engañarme a mi misma, es querer darme golpes con el aire o correr sobre el
agua, ¿Por qué?, porque tu siempre estas ahí, porque tu pareces fallar y al
final siempre encuentras las palabras, el momento exacto para hacerme sonreír,
tu y solo tu has sabido hacerlo, llegar cuando mas te necesito, porque aunque
lo neguemos hay algo que nos une, ese algo que nos deja pelear y amar a la vez,
ese algo que mágico que aun no se que es pero que siempre esta ahí.
A veces te miro y te tengo miedo, esa mirada fiera,
ese aire de furia que sale de ti cada que peleas, a veces creo que tienes
demasiada violencia dentro de ti, pero aun así aprendí a quererte a dejar
temores de lado, porque tu y yo no somos enemigos, somos...no sabría decirlo,
¿prometidos, ¿novios?, quizá lo correcto seria decir que somos mentirosos, unos
mentirosos que creen que ocultando su amor tras una barrera de terquedad será
invisible a los demás, el problema es que a veces se nos sale, este dique que
hemos creado se desgaja y deja pasar pequeñas risas cómplices o miradas furtivas.
Tu lo notas, yo lo noto y creo que los demás
también lo hacen, nuestros padres, mi familia, incluso tus prometidas a veces
creo que ellas ya lo saben y solo están aquí porque son como nosotros
orgullosas, no se rendirán, pero yo tampoco tu eres mío y nada ni nadie podrá
alejarte, ni una chica con acento raro, tu mejor amiga o una loca con listones
de colores, ninguna, se que no soy muy bonita, se que soy terriblemente mala
cocinando, pero por ti aprenderé eso y mas por ti aprenderé a ser paciente,
cariñosa, por ti aprenderé a no temer a dejar de lado todas las noches que
ahogue en lagrimas de soledad, por ti que estas aquí siempre, aun ahora que el
profesor me ha regañado por estar bobeando y no prestar atención a la clase de
álgebra, lo cierto es que no podía, te estaba viendo, sentado como siempre en
ese banco tan arrogante, tan altivo, tan tu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario